Prólogo:
Los relatos se nutren de lo real. Se les repiensa, se les poetiza, se ajustan sus elementos con el fin de gustar, sorprender, instruir o incitar a la reflexión.
En el imaginario colectivo existe la creencia de que algunos hombres, voluntaria o involuntariamente, pueden transformarse en animales feroces. Este fenómeno es llamado licantropía. Aunque el animal que implica la metamorfosis cambia según la zona geográfica y las características culturales, uno de los más recurrentes es el lobo: portador a través de los tiempos de todo un género de leyendas terroríficas y creencias mitificadas que aumentan su ferocidad, su capacidad agresiva y su enemistad con el hombre.
Lila Zellet Elías
La figura del lobo siempre ha habitado el alma de Irpinia, es una parte fundamental de ella, así como sus ríos, montañas y bosques. Venerado en honor del dios Marte por una tribu samnita que habitaba estas tierras. La presencia del lobo identifica a la región tan fuertemente, que adopta con anuencia su nombre y su legado desde aquellos lejanos tiempos. Su nombre, Hirpini de – Hirpus – (lobo en el idioma Osco antiguo). El animal dirige a un grupo de jóvenes “Hirpini” en el rito Ver Sacrum (Primavera Sacra, rito clave y místico para conformar nuevos asentamientos y colonias). En la “Colina de la Tierra” hoy situada en Avellino, su origen fundacional milenario, se ubica justo donde se encuentra actualmente, su catedral. Según las historias, siempre es el Lobo quien ayuda a San Guglielmo a construir el Santuario de Montevergine transportando las piedras que servirán de base y sostén al edificio. Ese lazo ancestral entre la figura del lobo y los habitantes de la Irpinia, generan un misterio profundo y tan arraigado en el pueblo, imposible de separar.
LEYENDAS:
Todas las leyendas irpinianas que hablan de hombres lobo están de acuerdo en un punto. El origen de la maldición. Dado que ningún cristiano puede atreverse a nacer en la noche dedicada al hijo de Dios, todos los niños que ven la luz en la noche de Navidad están malditos, las niñas se convertirán en janare (leyenda de las brujas de Benevento) y los niños lupenarios (lupo mannaro). Aquellos que fueron vistos bailando alrededor del fuego, quizás usando pieles de animales, en el acto de celebrar ritos paganos en luna llena o días de solsticio cerca de Navidad, fueron acusados de inmediato de ser una janara o un lupenaro.
Un hombre nacido en la noche de Navidad, será un “hombre maldito”, (ya que esa noche estaría consagrada exclusivamente a Dios), y en la adultez se transformará , por las noches de luna llena, en una criatura terrible.
En cuanto se pone el sol, el sujeto comienza a sentir un intenso calor, el cual se expande rápidamente por todo su cuerpo.
Tan insoportable es la situación, el ardor, que desgarra toda su vestimenta y sale a buscar algo de alivio arrojándose y rodando en los charcos, alcantarillas, un cualquier resto de agua, emitiendo gritos inhumanos tan desgarradores, que presagian enormes desgracias.
Si alguna persona se topaba con la bestia, la única forma de sobrevivir al encuentro, era ensartarlo y herirlo con una estocada, de esta forma la bestia, al menos por esa noche, se alejaría y recuperaría, en parte, su cordura.
La interesante historia de “Lu pumbunaru e la Migliera” (El hombre lobo y su esposa) de Bagnoli Irpino.
Se dice de una mujer de Bagnoli quien se había casado con un extraño maldito que había nacido en la noche de Navidad. El amor de aquella mujer había logrado, sin saberlo, contener a la bestia hasta que un inverno duro y cruel cambió aquel frágil equilibrio. Esa Navidad, el esposo, advirtió que comenzaba a faltarle el aliento, sintió el ardor en su cuerpo, el alargamiento de sus uñas de forma antinatural y sintiendo la inminente transformación, salió de la casa ordenándole a su esposa que, de ninguna manera, abriese la puerta a menos que lo escuchara tocar tres veces. El hombre escapó por el bosque emitiendo gritos desesperados de dolor. La mujer, aterrada pero sacudida por escuchar el lamento de su esposo, desobedece las indicaciones que le había dado y abre la puerta al primer golpe. Terminará hecha pedazos. La bestia permaneció el resto de la noche dentro de la casa devorando a su presa, satisfecho y saciado, finalmente se durmió junto a lo que quedaba de su pobre mujer. Al despertar y ver la sangre y los restos, se atormentó al comprender el terrible crimen que había cometido. Fuera de sí, desconsolado, corrió hacia el bosque para nunca regresar.
Lupo Dirpinia
Casi todos los pueblos de Irpinia tienen sus propias leyendas, sus propias historias sobre los hombres lobo, desde los que cuentan cómo encarcelarlos en una encrucijada hasta los más tradicionales que entregan plata a los que cuentan haberlos encontrado cara a cara y haber sido salvado por la intervención de un santo milagroso. Sin embargo, las leyendas contadas por generaciones, han provocado un efecto negativo en el equilibrio natural de las especies, la matanza indiscriminada de los lobos reales y sus crías, ha sido atroz. La barbarie humana ha superado cualquier fantasía. Un aullido en la noche Irpina debería ser más aterrador por su ausencia que por su presencia.
Más allá del mito, pese a la cacería y persecución, algunos lobos han comenzado a regresar a la región.
Alejandro Maruzzi
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