“Ungüento, ungüento,
Llévame al nogal de Benevento,
Sobre el agua y sobre el viento,
Y sobre todo otro mal tiempo.”
Benevento es una ciudad italiana ubicada en la región de Campania, ha sido en sus orígenes una ciudad Samnita de la Irpinia, tiempo más tarde conquistada por Roma durante su expansión por Italia; tras la caída del imperio y la destrucción bárbara fue erigida, en el 571 después de Cristo, como ducado por los Lombardos, Principado en el 774 y desde el siglo XI pasó a ser administrada por diferentes gobernaciones Pontificias. El bello territorio, en el cual se extiende la ciudad, es notoriamente ondulado. Su centro se encuentra sobre una colina en medio del valle y algunos barrios surgen sobre otras colinas circundantes.
Benevento, la antigua Beneventum Romana, originalmente se llamaba en un comienzo “Maleventum”, muchos historiadores sostienen la teoría que tal denominación arcaica se relacionaba con la frase ” El lugar del mal viento”. Cuando en 275 antes de Cristo los romanos lograron vencer aquí a Pirro de Epiro, considerado uno de los mejores generales de su época y uno de los más grandes rivales de la República Romana, la celebración fue extraordinaria y, teniendo en cuenta tan trascendental victoria, decidieron cambiarle el “Mal” por el “Bien o por el Buen evento”.
La importancia de Benevento viene acreditada por su rica historia y a través de los numerosos edificios y monumentos que testimonian su interesante pasado. Uno de los emblemas más famosos de la ciudad es el arco triunfal levantado en honor de Trajano, también las murallas que señalaban la entrada principal a Benevento por la vía Trajana, una importante vía construida por el emperador hispano para acortar el camino entre Roma, Bríndisi y su conexión con las posesiones e intereses orientales.
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“Las Brujas de Benevento”
Otra destacada evidencia de la arquitectura clásica es el antiguo teatro romano iniciado a finales del año I y finalizado en el año II, por cierto, muy bien conservado. En cuanto a las edificaciones religiosas, existen dos predominantes, por un lado la catedral de Benevento, fundada a finales del siglo VIII y levantada sobre el primer templo cristiano de la ciudad; en segundo lugar, la Iglesia de Santa Sofía declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2011, construida por encargo del dux lombardo, Arechi II e inspirada en la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla.
Benevento es bien conocida en Italia por su gastronomía, sus licores, la amabilidad de su gente y también… por ser descrita como la “Ciudad de las Brujas” debido a la creencia que durante siglos en esa localidad se llevaron a cabo rituales de brujería. La historia comienza allá por el siglo VI desde el Nogal de Benevento, un nogal antiguo consagrado al dios Odín (principal divinidad de la mitología nórdica) ubicado muy cerca de la ciudadela, en un área territorial ocupada por los lombardos. Parte de la comunidad lombarda se reunía allí para celebrar ritos paganos y religiosos. El ritual lombardo parece tener sus raíces en el culto a Isis que se extendió en Benevento desde la época romana. En la base de este culto estaba la triple esencia de Isis, identificada con Hécate, diosa del inframundo, y Diana, diosa de la caza.
Las características de las brujas rurales del territorio lombardo son ciertamente atribuibles a las dos diosas y, en particular, el nombre de la Janara o bruja parece derivar de Diana, una mujer vinculada al culto mágico de la tierra, capaz de reconocer hierbas medicinales y vegetales con un efecto sorprendente y narcoléptico. Obviamente los paganos y muchas de las acusadas por brujería pagaron con sus vidas ante el brazo implacable de la Santa Inquisición.
Pero sin meternos en terrenos tenebrosos digamos que las brujas de Benevento elaboraban un brebaje que tenía la particularidad de estimular el erotismo, la seducción, el amor.
“‘Nguento,’ nguento,
mànname a lu nocio ‘e Beneviento,
sott’a ll’acqua e sotto ô viento,
sotto â ogne maletiempo.”
“Ungüento, ungüento,
Llévame al nogal de Benevento,
Sobre el agua y sobre el viento,
Y sobre todo otro mal tiempo.”
Benevento Calcio
Strega significa bruja y de ahí el nombre de este licor de color amarillento, brillante, de botella tan particular y reconocible. El inventor del licor fue Giuseppe Alberti un comerciante de vinos de Benevento que asoció, con muy buen criterio allá por 1860, algo positivo heredado de las brujas, casi todos sus preparados mágicos son maceraciones a base de hierbas. El proceso de elaboración se inicia con la molienda de alrededor de 70 hierbas y especias, previamente seleccionadas de distintas partes del mundo y, cada una de ellas, se caracteriza por tener propiedades diferentes que, combinadas en proporciones justas, generan un producto de altísima calidad con la fascinante particularidad de resultar agradable y tentador antes de ser consumido, sea por su color, su textura y su aroma tan especial. Todos estos elementos, sumados a la inteligente estrategia de marketing, una acertada y delicada comunicación publicitaria, un envase único, el arte excepcional de su gráfica y etiqueta, la seriedad de una empresa familiar que respeta las tradiciones, hacen que “Strega” resulte ser un producto que va más allá del licor, forma parte de la esencia de un pueblo, de esa tenacidad por crear y desarrollar sueños, una característica que amamos del espíritu Italiano.
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