Ha sido la mano de Dios, el próximo film de Sorrentino.
El gran cineasta italiano Paolo Sorrentino filmará “Fue la mano De Dios”. Inevitablemente el anuncio de la película generó más revuelo en Argentina que en Italia. Para los argentinos “la mano de Dios” tiene un único significado: el gol de Diego Maradona contra Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México 1986. Pero para Paolo Sorrentino , el sentido es otro, es diferente. El director, bien conocido por “La grande belleza”, aplicará en ésta nueva producción una visión más personal, íntima sobre la relación que une a Napoli con el astro de fútbol, una especie de documento que puede ser alegre y doloroso al mismo tiempo.
Volver a filmar en Nápoles, me emociona y entusiasma, exactamente veinte años después de mi primera película”. Declaró Sorrentino.
Paolo Sorrentino nació en Napolés y él siente un amor profundo tanto por su ciudad como por Maradona, quién para muchos, es considerado un ídolo más que popular, un héroe deportivo. Diego jugó en el Nápoles y birlló con la casaca celeste logrando dos títulos de Serie A (1986/87 y 1988/89), una Copa Italia (1986/87), la Supercopa (1990) y una Copa UEFA (1988/89). Pero lo verdaderamente importante es que la leyenda de Maradona aún hoy se mantiene presente, su gran faena sirvió para reforzar la consideración y respeto de un pueblo, la admiración del Mundo, aquellos triunfos deportivos lograron llevar a lo más alto a un equipo del sur de Italia imponiéndose por sobre el enorme poderío que ostentaba el fútbol del norte del país.
La imagen de Maradona, omnipresente y a casi treinta años de su esplendor futbolístico, se encuentra casi en cualquier esquina de Nápoles. Hay pintadas, alegorías y murales por todas partes. Hasta imágenes de Diego vestido de santo, impreso en una estampita gigante, tanto con la camiseta del Napoli como la de Argentina. La historia de Diego Maradona con el club del sur, parece un a novela, con alegrías y tristezas, con polémicas y escándalos.
Fue un amor a primera vista. Comenzó ese 5 de julio de 1984, el día de su masiva presentación, cuando llegó procedente del Barcelona y vestido de sudadera y zapatillas, fue aclamado en el San Paolo, a partir de ese día, comenzaría la carrera para ser el mejor jugador del mundo, apenas tenía 23 años.
Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre Diego, sobre sus excesos, sus locuras, sus frases y acciones polémicas pero nada podrá desdeñar sus virtudes futbolísticas, su enorme talento y el amor de una ciudad por él.
Sorrentino lo sabe y lo siente.
Alejandro Maruzzi
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